28 de diciembre de 2011

Superioridad

   El tema surgió un día en el bar donde tomamos café después del almuerzo o la comida. Aunque estas cosas son difíciles de explicar hay un personaje en una de las mesas que se ha ganado mi repulsa, estos sentimientos suelen ser recíprocos, por las manifestaciones públicas sobre sus ideas políticas, por su prepotencia, reconozco que para mí la prepotencia es, a veces, simplemente hablar alto no sé bién si para tener más razón, o el mero hecho de creerse en la posesión de ésta. Bién, el tema es que ese día al susodicho individuo se le ocurrió meterse con la camarera, una mujer china que no sé si por miedo, respeto o simple educación intenta soportar las estupideces de algunos clientes. Para mí la broma en sí no tiene apenas importancia. Es más por la implicación machista y por creer que una persona deba aguantar porque eres cliente. Pero se da el caso de que este mismo "caballero", un tiempo atrás me sorprendió asustando a una extranjera, una chiquilla jovencita con apenas cara de niña que muy educadamente solía moverse por las inmediaciones del vecindario pidiendo para su hijo. Digo educadamente porque al igual que algunas personas que piden en un semáforo y si les dices que no te desean feliz viaje y pasan al siguiente vehículo, esta chiquilla nunca, que yo sepa, insistió ni pronunció una palabra más alta que otra. Y digo asustando porque ese día me lo encontré inclinado sobre la pobre chica que asustada se encogía sobre sí misma al tiempo que este energúmeno se crecía y profería toda clase de gritos e insultos.
   No voy a repetir aquí las diversas razones que esgrimía contra los inmigrantes pero sí repetiré algo que he dicho en diversas ocasiones. Deberíamos recordar que la mitad de los trabajos que desempeñan aquí los inmigrantes son esos que nosotros no hacíamos gustosos. Y no digamos cuando defiendo que han tenido que llegar algunos colectivos de estos inmigrantes para que nos diéramos cuenta de que había ocupaciones que no nos parecían ni siquiera ocupaciones, pongo por ejemplo cuidar de enfermos y mayores.
   Recuerdo que no hace mucho se propuso en Francia convocar una huelga de trabajadores inmigrantes y que daban por seguro que el país se detendría completamente. Creo que efectivamente así sería también aquí en España.
    ¿No será que lo que nos molesta de verdad es que personas a las que calificamos alegremente de "inferiores" nos estén enseñando cómo se crea un negocio próspero, que funciona y que regentan sin miedo ni complejos?
   En los tiempos que corren, me temo que tendremos que cambiar algo más que nuestras creencias y costumbres si queremos sobrevivir.
   Un saludo a tod@s y feliz año.