Una vez al año celebramos el cambio de año
con una ristra de deseos, de esperanzas e ilusiones. Esta vez la mayoría de
peticiones han ido encaminadas a la confianza en que el año que comienza sea
mejor que el anterior y lo siento de veras pero continúo con mi visión
pesimista del futuro.
Creo sinceramente que si no cambiamos muchas
cosas de este país no saldremos de este pozo en el que estamos inmersos. Bueno,
sí saldremos, pero no por la política de los incompetentes que están mandando
sino porque como todo ciclo terminará y empezará otro nuevo.
Es evidente que todo lo que están llevando a
cabo los políticos que gobiernan, o será más preciso decir que nos trasladan
las órdenes de Europa, no va encaminado a mejorar la situación de sus
conciudadanos en general sino de sus círculos familiares y económicos. No veo
en ninguna de sus acciones una idea clara de lo que se necesitaría para activar
la economía y sí para esconder los desmanes y delitos de los poderosos. Y es
que, mientras en este país salga a cuenta robar, estafar, despilfarrar y mil
verbos más; mientras no sea muchísimo más caro el delito que sus beneficios;
mientras no veamos encerrados a los responsables de todas esas situaciones y
nos dé la sensación de que no pasa absolutamente nada por robar, siempre que
sean millones y no una miseria, porque entonces sí puedes ir a la cárcel,
mientras no se tomen medidas serias para que los responsables de que un banco
necesite todos los fondos que pueden conseguirse rebajando pensiones, vendiendo
hospitales, destrozando la educación, etc.
acaben en la cárcel y no con las pensiones, sus pensiones, arregladas
para no tener problemas el resto de sus vidas, y además desahuciando a todo el
que ya les ha entregado su vivienda pero seguirá endeudado con ellos toda su
vida, la opinión que tenemos sobre ellos no podría ser más negativa.
Tengo claro que constructoras, albañiles y
un largo etcétera de oficios relacionados con la construcción van a tardar
muchos años en soñar siquiera con los niveles de trabajo y beneficios de los
que disfrutaban antes, pero escuchando las nueva medidas adoptadas, a instancia
de Bruselas por el ejecutivo, ni siquiera veo probable que se vendan las miles
que ya están construidas. Otra medida acertada.
Ha empezado el nuevo año y he visto las
primeras noticias y las primeras razones para el optimismo. Ha subido la luz,
los transportes públicos, los carburantes, las autopistas, pero bueno, seamos
optimistas que también ha subido el salario mínimo interprofesional, 4€. Todo
solucionado.
Respecto de la vivienda que comentaba,
Europa ha decidido que se eliminen las ventajas fiscales por la compra de la
vivienda; se incrementa el iva del 4 al 10 %, se eliminan las ayudas por
remodelación de la vivienda habitual, resumiendo, las condiciones idóneas para
reactivar el sector.
Si no aparece entre los lumbreras estos que
toman decisiones alguien que descubra que si no reactivan el consumo
difícilmente reactivarán el mercado
laboral, que si la gente no se fía de lo que pasará el mes que viene prefiere
no gastar, que si no desbloquean el dinero que las entidades financieras,
utilizando los nombres más imaginativos, han robado a sus clientes no habrá
confianza, será difícil que se creen las condiciones necesarias para que el cambio
venga propiciado por la actividad política.
Esperemos que ese visionario aparezca.
Feliz año y mucha confianza.